Y el viento sopló, y sopló....

Y aquí en Cadiz, siguió soplando... y es que llevamos un mes que el viento y la lluvia no dan tregua para ir un ratito a la playa, con las ganas que tengo! Si estos molinillos se hubiesen quedado aquí, habrían salido volando de las camisetas de sus dueñas... sin embargo, se fueron todas para Majadas del Tietar, en Cáceres, como recuerdo de comunión de mi prima Anabel, la niña más cariñosa que encontrareis nunca. Agradeció los broches y las fotos de recuerdo con besos, y nosotros encantados de compartir ese gran día con ella.

Todos los broches están realizados en fieltro y tela, colocados individualmente con celofán como si de un caramelo se tratase. Todos iban presentados sobre una cartulina envejecida con su nombre.

Todos los broches iban presentados en una caja de mimbre con un forro a rayas muy colorido, intentando que su color preferido (el verde) fuese dominante sobre los demás.

Hoy no tengo aquí las fotos de ese día, pero pronto os colgaré la foto de Anabel luciendo sonriente los regalitos, con una fuente de chocolate detrás, aggghhhrrrr...

Adriana, bienvenida!!!!

Ya llega el calorcito, y por aquí, por el sur, ya vienen las ganas de ir de playita, a tomar cervecita a las terrazas, a pasear,... y es por esto por lo que la recién llegada al mundo, Adriana, me ha inspirado una "tarta de pañales" mucho más fresca y veraniega de lo habitual.

Primero, la tarta sin embalar, para que se vea bien la composición, junto a la tarjeta:

 

Y el resultado final:

¿Os gusta el detalle del cascabel? Este regalito alerta todos los sentidos: visual por el colorido, olfativo por las bolsitas de ambientador de bebé y sonoro con el cascabel del conejito.

Espero que les guste a los primerizos papás.